¿Qué pasaría si no existieran los pozos de visita en el alcantarillado?
Los pozos de visita son una parte esencial de todo el sistema de alcantarillado pluvial, residual o combinado. Estas estructuras de alcantarillado están construida sobre el nivel del suelo, ahí se colocan tapas también conocidas como brocales de fierro fundido o de concreto armado. Estos permiten su protección y acceso al pozo.
La finalidad de un pozo de visita va más allá de poder ingresar al sistema de alcantarillas, pues desde ahí se pueden realizar tareas de:
- Mantenimiento
- Inspección
- Limpieza
- Revisión
- Solución de algún problema que se pudiera suscitar en los conductos
- Formar la conexión de tuberías de distintos diámetros o materiales.
Estas estructuras pueden ser percibidas de dos formas, como pozos de visita o cajas de visita, esto solo de acuerdo a sus dimensiones.
Los materiales más comunes que conforman la estructura de pozos de visita son:
- Ladrillo
- Concreto
- Concreto reforzado
- Fibrocemento
- Polietileno
Tipos de pozos de visita
Por la misma demanda que tienen los pozos de visita, estos pueden variar dependiendo de las dimensiones de las tuberías que confluyen en ellos. Asimismo, su tipo depende de los materiales con los que están hechos.
De acuerdo a la necesidad que se presente, se pueden instalar pozos de visita:
- Comunes
- Pozos especiales de visita
- Pozos para conexión oblicuas
- De cada
- De cada unión
- Pozos cada de flexión
- Pozos de caída:
- Adosada
- Normal
- Escalonada
Y, claro, todos estos siempre irán acompañados de brocales de fierro fundido. Respecto a esta tapa el material puede variar, no obstante, el fierro fundido es el material más común para hacerlos.
Esto es gracias a su resistencia y durabilidad en las calles. Además, se suma el hecho de que se vuelven un poco más seguros debido al tipo de material.
De esta manera se impide que entre cualquier persona al pozo.
Y, ¿Si no existieran?
Bueno, ya hemos introducido de forma breve cuál es la función de un poco de visita. ¿Tienes alguna idea de lo que pudiese pasar si no estuvieran?
Comencemos por lo más sencillo. De no haber estas estructuras no habría forma de saber qué está ocurriendo en los conductos del alcantarillado.
Solo se tendrían conjeturas de lo que podría suceder y se determinaría un periodo de tiempo específico para poder excavar y realizar una inspección.
Además, se dependería demasiado de la suerte y cálculos correctos para evitar problemas a mediano y largo plazo.
Sin pozos de visita y sus brocales de fierro fundido, no habría posibilidad alguna de prevenir una posible falla o darle el mantenimiento adecuado.
En consecuencia, de no haber mantenimiento, no habría limpieza en los conductos y, ¿Qué pasaría si no se limpian? Estos se taponarían y su reparación sería complicada y costosa.
Todo lo que implicaría hacer una sustitución de conductos, excavación y demás sería demasiado tiempo y dinero invertido. Aspecto que no es en lo más mínimo algo productivo ni eficiente.
¿Te imaginas presenciar el cambio de conductos de forma continua por falta de mantenimiento? Incluso para los civiles sería algo muy molesto el hecho de ver maquinaria de forma seguida. Esto entorpecería la vida cotidiana y más cosas se podrían derivar de esto.
Por ello, los pozos de visita son vitales para todo el sistema de alcantarillado, al igual que su protección y tapa correspondiente: brocales de fierro fundido.
Función de los brocales de fierro fundido
Su tapa cumple una función elemental: darle seguridad al pozo de visita. Sin los brocales de fierro fundido sería sencillo que residuos como basura ingresaran. Y, de la misma manera sería peligroso para los transeúntes o automóviles (dependiendo dónde se encuentre).
Los brocales de fierro fundido también evitan que alguien ajeno a los equipos especiales de mantenimiento ingresen al pozo de visita. Así se resguarda la integridad de la estructura y los conductos que enlace el pozo.
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